¿Qué es la Alexitimia?

El significado de esta extraña palabra esconde, así mismo, la extraña conducta de quienes padecen el problema. El término empieza a utilizarse en 1972 y lo introduce en el ámbito de la psiquiatría un médico estadounidense de origen griego: el doctor Sifneos.

Alexitimia significa «no tener palabras para expresar los sentimientos». 

Se empezó a hablar de este trastorno a raíz de investigaciones con pacientes con enfermedades psicosomáticas y, aunque posteriores estudios desmontaron la creencia de que alexitimia y enfermedad psicosomática iban unidas, la realidad es que frecuentemente se observan, en personas con este perfil, alteraciones gástricas, colon irritable, migrañas, alteraciones respiratorias y problemas en la piel. También está descrita la relación entre rasgos alexitímicos y diferentes trastornos mentales como, por ejemplo, trastornos de alimentación o abuso de sustancias. 

 

¿Cuáles son las características de quienes padecen Alexitimia?

  • Los Alexitímicos no tienen inteligencia emocional, no identifican las emociones y no procesan adecuadamente la información emocional.
  • No les importan las críticas, ni las alabanzas.
  • No son empáticos. Es decir, no captan adecuadamente las emociones de los demás.
  • No saben describir lo que sienten. Su expresión verbal es escasa.
  • No fantasean, no son imaginativos, y no tienen demasiados planes o proyectos.
  • Suelen eludir los conflictos porque no tienen habilidades para resolverlos con palabras. Generalmente, en las discusiones interpersonales, desarrollan una defensa sin argumentos, basada en lo que han hecho los demás. Esta incapacidad verbal para encontrar qué decir, les lleva a resolver mal, o no resolver, por lo que a veces tienen reacciones bruscas, e incluso pueden llegar a realizar acciones  desadaptativas. 
  • Poseen un repertorio gestual escaso, suelen ser serios y les cuesta establecer contacto visual. 
  • No les perturba ni preocupa la soledad, no se sienten solos y no les aturde el paso del tiempo.
  • En contextos donde la emoción no esté tan en juego, su vida es muy normal, incluso brillante y, aunque no pueden dirigir su vida en lo emocional, pueden, por ejemplo, ocupar altos cargos y dirigir empresas.

¿Cuál es el origen del problema?

Los estudios hablan de dos tipos de Alexitimia:

  • La estructural, con una base genética o neurobiológica.
  • Y la funcional, relacionada con el tipo de vínculo establecido en la infancia  o con experiencias traumáticas vividas en el inicio de la vida o a lo largo de esta.

Por un lado, parece que pueda haber una predisposición genética que lleve a heredar un determinado temperamento.

Por otro lado, la hipótesis neurobiológica explica que el trastorno se debe a un incidente durante la gestación o en los primeros momentos de la vida, que interfiere en el neurodesarrollo afectando a la maduración de la estructura neuronal que comunica los hemisferios cerebrales: el cuerpo calloso. Parece que en el caso de los alexitímicos esta estructura es menos gruesa, lo que afecta a las conexiones interhemisféricas, de tal manera que es como si el sujeto tuviera dos cerebros y lo que uno procesa (hemisferio derecho) no encuentra en el otro (hemisferio izquierdo) las palabras para expresarlo.

Esta teoría da sentido al hecho de que el trastorno sea más prevalente en hombres que en mujeres, ya que, en general, las mujeres tienen un cuerpo calloso más grueso. De ahí la mayor facilidad de los cerebros femeninos para expresar las  emociones.

Otra teoría neurobiológica dice que las conexiones neuronales entre el Sistema Límbico, (nuestro cerebro emocional) y la corteza prefrontal, encargada, entre otras cosas, de regular las emociones, son conexiones deficitarias.

Y una tercera aboga por la existencia de una lateralización cerebral de predominio derecho en estos pacientes. El hemisferio derecho, se encarga del procesamiento de las emociones negativas y las personas con estos perfiles neuropsicológicos tienen dificultades en la prosodia, su comprensión del lenguaje es muy literal, y no tienen la defensa de la broma, la ironía, o el sentido del humor, características ausentes  en los alexitímicos. 

Entre los modelos teóricos que explican la Alexitimia como un trastorno de origen funcional, encontramos la Teoría de los Esquemas del psicólogo americano Jeffrey Young,  que indica que estos pacientes tienen un «Esquema disfuncional Temprano». Young plantea que, una parte del problema,  serán las necesidades emocionales no atendidas convenientemente. En este sentido alude a los planteamientos del psicoanalista inglés Jonh Bowlby que, en su  Teoría del Apego, propugna como algo  imprescindible para la salud mental, la relación con la madre en el inicio de la vida. Parece que el alexitimíco,  como consecuencia de la falta de cuidado de su cuidador principal, tiene un estilo de apego inseguro-evitativo que se caracteriza por una actitud indiferente. 

Esto que es tan antiguo en la persona, tan prehistórico, esta herida en el inicio, no se recuerda porque ocurre antes de que las redes neuronales de la memoria estén formadas. pero deja tanta huella  que  lleva al sujeto al extremo de no poder trasmitir sus emociones.

Enlazando esta teoría con las hipótesis neurobiológicas, parece que la falta de caricias físicas y psicológicas, la falta de afecto y atención por parte de la madre en los tres primeros años de la vida, afecta al neurodesarrollo. Cuando el niño nace este se ha iniciado, pero es a través de la relación con la madre y con el entorno, como va a seguir su curso. Es decir, la estimulación exterior es prioritaria, el mundo de las sensaciones, ser bien alimentado y, sobre todo, mecido y calmado, va a permitir crear unas bases seguras en su cerebro. 

Otra parte del problema es la experiencia del sujeto. Young habla de que existen MODOS concretos de afrontamiento que, en el caso del alexitímico, supone un modo de afrontamiento desadaptativo, evitativo: tenderá a evitar el contacto emocional o a evitar (con consumos distintos) afrontar sus problemas. 

Sea cual sea el origen del problema, el alexitímico parece no necesitar a nadie. Su esquema de persistencia en el error le lleva a no salir de su funda hecha a medida y a hacen sufrir, sin ni siquiera proponérselo, a todos aquellos que comparten con ellos su intimidad. 

Los estudios que abordan este tema comprueban que en las relaciones de pareja, compartir la vida con un hombre de estas características es extremadamente frustrante para la mujer ya que el talante serio, inexpresivo e  introvertido que presentan, provoca en ellas sensaciones persistentes de soledad, abandono, desprotección e incomunicación. Esas mujeres se sienten ignoradas porque no les llegan las señales del afecto y del amor. El compañero alexitímico puede generar en su pareja sentimientos de baja autoestima al no sentirse considerada, ni aprobada. Puede llegar, si la mujer lo permite, a aislar a la pareja de otras relaciones sociales o familiares. E incluso provocar  una ruptura cuando  al hombre alexitímico le salta su brusquedad y actitud autoritaria y  la convivencia se convierte en algo absolutamente insostenible.

¿Tiene solución este problema?

Según el psicólogo humanista Carl Rogers uno de los «componentes esenciales para unas relaciones significativas y fructíferas es la expresión de las emociones y otra la capacidad de compartir la propia vida interior». Si los posees serás una «persona plena y funcional» .

Ambos componentes les fueron amputados a quienes padecen alexitimia desde el inicio de la vida, por lo tanto el problema tiene difícil solución. Pero a través de  la terapia se puede conseguir que el paciente empiece a sobrecompensar sus conductas desadaptativas, modo de afrontamiento menos patológico, y así estaría iniciando un proceso, quizá, de transformación. 

Como en tantos otros casos, la psicoterapia puede ser la solución.

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