Miedo, ansiedad, fobia en niños y jóvenes

Miedo, ansiedad, fobia en niños y jóvenes

1º.- Aclarando conceptos

El miedo es una emoción primaria, adaptativa: un recurso natural imprescindible para la supervivencia.

Cuando un sujeto percibe un estímulo novedoso todos los órganos de su cuerpo se preparan automáticamente para tomar medidas y responder a dicho estímulo de la forma más conveniente. Si una vez atendidos dichos estímulos novedosos, la interpretación que se hace de ellos no es de peligro, y no hay que activar acciones de huída o de ataque, el ser humano se calma.

La ansiedad tiene un componente cognitivo, es decir, incluso en situaciones de «no alarma», el sujeto anticipa, tiene la creencia de que, en determinada situación, algo le puede ocurrir. Según Miller (1983), se trata de una «emoción anticipatoria y difusa, sin amenaza evidente».

En su expresión más aguda, puede llegar a desencadenar una Crisis de Pánico durante la cual el sujeto siente que se va a morir.

La fobia es una emoción que va más allá del miedo, paraliza, no permite activar los recursos para calmarse. Es un miedo desproporcionado, no basado en la realidad, que se genera ante una situación concreta y que lleva a quien lo siente a huir, a escapar de forma irreflexiva y sin control. El sujeto con fobia hasta que no escapa del «estímulo fóbico», no consigue calmarse.

Ultimamente han aumentado los cuadros de ansiedad y/o fobia entre los escolares. En los niños se observan más casos de Fobia escolar y en los adolescentes de Fobia social.

2º.- Factores implicados

– Factor personal: hay personas que son emocionalmente más vulnerables y que viven con mayor nivel de «desasosiego» las situaciones del día a día.

  • Niñ@s/jóvenes autoexigentes que en un momento determinado, no se consideran capaces de alcanzar los objetivos propuestos.
  • Niñ@/jóvenes que socializan mal, con dificultades para afrontar, defenderse, o negociar.
  • Niñ@/jóvenes con intolerancia a la frustración, con dificultades para admitir el error.

– Factor familiar: hay patrones familiares que generan un mayor nivel de ansiedad. Podríamos decir de forma coloquial «padres ansiosos-niños ansiosos». Será necesario observar la dinámica familiar del sujeto en cuestión.

3º.- Situaciones y acontecimientos desencadenantes

– Exámenes: sería normal un cierto nivel de inquietud ante esta situación, inseguridad, incluso pensamientos anticipatorios de fracaso a pesar de haber preparado bien el examen. Pero no estaría dentro de este rango de normalidad una conducta de escape y/o evitación que lleve al escolar a no cumplir con su responsabilidad.

– Relaciones con iguales: para muchos alumnos dirimir conflictos, sentirse valorado por sus compañeros, afrontar, discutir, negociar, hacerse respetar, genera un verdadero impacto en sus vidas. Las relaciones con iguales pueden generar frustración y/o socavar la autoestima del sujeto.

– Relaciones con adultos: en contexto escolar pueden vivirse a veces situaciones que, según el criterio del escolar, sean injustas. Cuando un escolar no se siente aceptado por su profesor, se siente ridiculizado, arbitrariamente castigado, o el nivel de exigencia del currículo es muy elevado, puede entrar en una espiral de ansiedad que le lleve a sentir rechazo hacia el colegio.

4º.- Lo somático

El escolar con fobia expresa la ansiedad a través de su cuerpo. Los sujetos anticipan situaciones adversas que les llevan a acudir al colegio en condiciones negativas y van incorporando dolencias físicas que les llevan a pensar que están enfermos. Son muy frecuentes:

  • Alteraciones digestivas: vómitos, dolor abdominal recurrente, diarreas, nauseas, disfagia o sensación de no poder comer
  • Alteraciones respiratorias: sensación de ahogo, hiperventilación, disneas o falta de aire, apneas o interrupción de la entrada de aire.
  • Alteraciones del aparato cardiovascular: taquicardias y arritmias.
  • Alteraciones del sistema nervioso central: jaquecas, temblores, parestesias o sensación de hormigueo en alguna parte del cuerpo, hiperestesias o sensaciones táctiles muy acusada.
  • Sudoración, enrojecimiento de la piel, picor en las manos, etc.

5º.- ¿Cómo se produce la fobia?

Es frecuente que un sujeto en algún contexto social, en el colegio, ante una examen, etc., sienta malestar un día. Este puede ser el detonante del problema. Ese día su cuerpo le da señales de alerta: taquicardia, sudación, problemas de tipo intestinal, etc. Cuando tiene que exponerse nuevamente a una situación parecida, anticipa estas sensaciones y, el temor a que le repita el suceso, hace que evite acudir al mismo. De esta manera, escapa y se relaja, pero refuerza a la larga el malestar, llegando a sentir que no tiene control sobre sí mismo.

6º.- Definiendo conceptos

Fobia escolar: decimos que estamos ante una Fobia Escolar «cuando el sujeto siente un miedo extremo a asistir al colegio, hacer exámenes, relacionarse, realizar tareas, entregar trabajos escolares, o acudir a salidas extraescolares».

La conducta que conlleva el problema es desadaptativa porque desencadena absentismo, fracaso escolar, fracaso en las relaciones con iguales, conflictos paterno-filiales, alerta entre los profesores, etc.

La fobia escolar se diagnostica después de los seis años ya que el hecho de que un párvulo no quiera ir al colegio, se considera un problema de carácter evolutivo. La enfermedad se convierte en una salida, una opción de escape que genera en ellos sensación de alivio. Consiguen eludir su compromiso y obligación de asistir al colegio y entran en una espiral desajustada de la que es difícil salir si no se toman medidas.

Frecuentemente, encuentran apoyo para no ir al colegio en alguno de los padres que, a su vez, suele tener un perfil de personalidad ansiosa. El resultado es que baja su rendimiento académico, se modifican sus relaciones sociales y se refuerza la queja somática. Todo ello contribuye a un mayor aislamiento por parte del niñ@/ joven y un mayor desajuste personal y familiar.

Fobia social: decimos que estamos ante una Fobia social «cuando el paciente siente un temor extremo en situaciones sociales, reuniones, charlas, celebraciones o cualquier otro contexto en el que pueda sentirse observado y juzgado». El patrón de pensamiento del sujeto con fobia social es del tipo «Voy a hacer el ridículo», «Voy a quedar mal», «Se me va a olvidar lo que tengo que decir», etc.

Este tipo de fobia en población juvenil se está convirtiendo en un importante problema de salud física.
Los últimos estudios hablan de que es el tercer motivo por el que se acude a servicios de atención primaria en esta población, después de la depresión y el consumo de alcohol.

Genera absentismo escolar, bajo rendimiento académico, riesgo de abandono escolar, ansiedad generalizada, alteraciones de la personalidad, consumo de alcohol y/o de otras sustancias.
La fobia escolar y social son, como el resto de fobias complejas, trastornos muy discapacitantes.

En las primeras etapas de la situación desadaptativa los padres no ven el ciclón que se les viene encima. Permiten distintos consejos no clínicos basados en experiencias de familiares o amigos, alternan su conducta que oscila entre la permisividad y la rotundidad. Es decir, unos días permiten al chico faltar a clase, y otros días intentan imponerse. Frecuentemente entre los padres se generan discusiones a favor o en contra del niño, dependiendo del propio factor personal de cada uno de ellos. Esta situación genera un mayor malestar que, a su vez, repercute negativamente en el paciente, incrementando su inestabilidad.

Por este motivo la recomendación que podemos realizar desde la psicología clínica, es tomar medidas en cuanto se detecten los primeros síntomas.

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