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Desde muy pequeños, los niños permanecen atentos, escuchando las voces de quienes les rodean, sus comentarios, sus apreciaciones, las atribuciones que estos realizan y, en función de ellas y de sus propias características personales, van construyendo su AUTOESTIMA.

La autoestima

La Autoestima es la valoración que cada persona realiza de su ser. Esta valoración la realiza el sujeto teniendo en cuenta:

  • El conjunto de rasgos corporales y mentales que configuran su personalidad.
  • El conjunto de rasgos que los demás, sobre todo los más próximos, destacan de él-ella.

La Autoestima es una respuesta psicológica, que puede ser de valoración y autorespeto, o de crítica y falta de autoconfianza y cariño hacia sí mismo.

¿QUÉ ES IMPRESCINDIBLE EN LA FORMACIÓN DE LA AUTOESTIMA?

El AFECTO. Es la base de la autoconfianza. Los niños criados en un entorno de cariño expresado y demostrado, suelen tener la autoestima más alta. Los niños que reciben lo que algunos denominan «caricias psicológicas» se miran en los ojos de personas que les aceptan, les sostienen y les aportan la seguridad y estabilidad necesarias para la vida.

En su primera infancia, las personas necesitan ser acariciadas, mecidas, calmadas. Los niños no tienen que llorar, cuando lo hacen es por algo. En sus primeros meses, no tienen que ser educados. Ni siquiera en su cerebro están terminadas de desarrollar las redes neuronales que les llevan a realizar asociaciones de «causa-efecto». Son seres indefensos a los que hay sostener y rodear de atenciones.

Es cierto que hay niños más demandantes, niños que duermen peor y que reclaman más atención. Del seguimiento que se les haga en los primeros meses de la vida va a depender parte de su desarrollo posterior, porque ya desde estos primeros momentos se están estableciendo las bases de la autoestima.

Voces expertas en el tema del desarrollo del niño, expresan acuerdo al decir que la formación de la autoestima está presente desde el inicio de la vida. A mi me gusta llamar a esta época la etapa de la «Autoestima del lactante«. Una madre estable y cariñosa trasmite a su hijo armonía. Lo importante no es el alimento en sí, sino cómo sea administrado, porque lo que alimenta es el amor.

Los experimentos de Harry Harlow realizados en los años 60 establecen la teoría sobre el apego que yo comparto. Este investigador americano observó que los monos pequeñitos con los que hacía sus estudios en el laboratorio, se aferraban a felpas y telas suaves mientras estaban en la jaula, y cuando los sacaban, les costaba desprenderse de las mismas. Su experimento consistió en crear dos madres: una mona metálica que tenía comida y otra mona recubierta de telas suaves y confortables que no administraba alimento. La investigación indicó que los monos preferían pasar su tiempo al lado del «cariño». Es decir, con la madre metálica estaban lo justo para comer, pero después se iban con la madre amorosa. El apego seguro es el origen de la seguridad y de la autoestima. El niño necesita amor, calor y contacto físico, porque los niños se calman a través de su piel.

Las PAUTAS DE CRIANZA. Crecer en un hogar relajado, en donde exista acuerdo entre los padres a la hora de educar, y en donde las normas no sean arbitrarias, es de vital importancia para que el niño desarrolle una buena autoestima.

Crecer en un hogar en el que se tengan los límites claros, en el que los niños sepan aquello que no va a ser permitido, aquello que se puede negociar y aquello que es consentido, es otro ingrediente importante en el crecimiento de una sana autoestima. Conocer las normas y saber que no dependen del estado de ánimo de los progenitores, sino de una decisión consensuada entre los mismos, genera en los chicos una sensación de certidumbre. Cuando un niño crece sin este apoyo, se produce en él un estado de alerta sostenido que impacta negativamente sobre su personalidad.

Las pautas de crianza son la base de la autonomía, y sentirse autónomo, capaz de decidir y de gestionar, son ingredientes necesarios para la formación del autoconcepto y la autoestima.

El APOYO SOCIAL. percibir que el entorno expresa amor, reconocimiento, valoración, es otro de los componentes necesarios, aunque no suficientes, para tener una autoestima saludable. El apoyo social contribuye en gran medida en la formación del respeto hacia sí mismo y hacia los demás.

En definitiva, el afecto, la crianza y el entorno social, van a jugar un papel preponderante en la formación del autoconcepto y la autoestima de los seres humanos. Son elementos necesarios que propician el desarrollo sano de la personalidad, pero que no la garantizan. El perfil personal de cada niño, lo heredado es otro factor a tener en cuenta.

Por lo tanto, hay una parte exógena y otra endógena que interactúan desde los primeros momentos de la vida para llegar al resultado deseado: buena autoestima.

¿Cuándo empieza a formarse la Autoestima?

  • Entre los 3-6 meses (etapa de «niño egocéntrico»), dependiendo de la actitud de los padres, de las experiencias gratificantes que viva el niño, de la interacción entre él y las personas que le rodean, el lactante se empezará a sentir mejor o peor en su entorno. Y, según Coopersmith (1967) a partir de los 6 meses el niño crea su autoestima.
  • Desde los 6 meses hasta la etapa de párvulos los niños necesitan de una interacción armoniosa, estable, que les prepare para situaciones sociales. Actualmente, los niños inician su etapa escolar en periodos en los que no están preparados para ello. El nivel de autonomía que se les pide desde los dos o tres años de edad es desproporcionado y en muchos de nuestros párvulos genera un impacto que les afecta a lo largo de toda su etapa escolar. Deberíamos reflexionar sobre este tema.
  • Durante la etapa de infantil, la interacción con iguales, es otro de los hitos importantes en la creación de la autoestima. La resolución de los primeros conflictos, la lucha por poseer algo, la capacidad de negociación, de aceptación de las normas, la sensación de pertenencia a un grupo, la toma de decisiones…Todos estos y otros muchos pasos se están dando durante los años de infantil. Las redes neuronales que van a determinar parte de nuestro éxito en la vida están madurando. Miles de conexiones entre células nerviosas están motivando que el niño aprenda a decidir lo que es más o menos conveniente para él. Es una etapa muy vulnerable del desarrollo y de ella va a depender en gran parte el resto de la vida. Deberíamos reflexionar también sobre esto.
  • A los 8 años, según algunos autores, la autoestima está formada y es bastante estable. A nivel neuropsicológico, esta etapa coincide con un gran avance en el desarrollo de los lóbulos frontales de nuestro cerebro. Aunque ciertamente todavía les queda maduración, sí podemos decir que están en una etapa crítica de crecimiento. El niño ya posee bastante conocimiento sobre sí mismo, sobre su entorno y sobre el lugar que ocupa en él. En esta época van a tener mucha importancia para su autoestima las habilidades sociales. Tener amigos, ser aceptado por sus profesores, sentir que puede triunfar en algo, o tener tiempo libre para aprender a decidir qué hacer con él….También en esta época son de vital importancia los resultados académicos. El niño se autoevalúa en función de los mismos. «¿Soy tonto, torpe, vago…?» Los pilares de la autoestima están en los pequeños y grandes detalles de la vida. Un niño no puede basar su propia estima en las calificaciones escolares, porque estas no son el verdadero test. Hay niños que no sirven para las matemáticas o para jugar al futbol, pero sirven para la pintura, para el teatro o para la danza. No debemos permitir que la estabilidad emocional de nuestros escolares dependa de sus notas. Si tienen razón los científicos que opinan que la autoestima está formada a esta edad, tenemos un serio problema si la socavamos en función de cuestiones académicas.
  • Para otros autores como Wilber, la consolidación de la autoestima se produce durante la adolescencia. En esa época de cambios, de convulsiones, se consolida, o no, todo lo anterior. El aspecto físico es importantísimo. El éxito social entre iguales, esencial. El sujeto está reafirmando su YO, se vuelve de nuevo egocéntrico y solamente observa la realidad desde su punto de vista. Una crianza correcta genera una creencia correcta hacia uno mismo. Lo importante en la vida son la Autoatribuciones, aquello que nos decimos marca la diferencia. Si la etapa adolescente se ha construido sobre una base sólida, el adolescente superará los inconvenientes que se le vayan presentando.
  • Por tanto, según todos los estudios, alrededor de los dieciséis años, la autoestima, el sentimiento de propia valía, está creado.

Sin embargo, yo pienso que todavía queda mucho por hacer. Considero que todo el ciclo vital es una oportunidad para que crezca la autoestima.

Es verdad que aquellos que se criaron en condiciones adversas, con padres, hermanos mayores o profesores castrantes, lo tienen más difícil. Es verdad que algunos, ya de base, por herencia, por genética, procesan con más facilidad la información negativa que la positiva. Pero también es verdad que uno puede tener, a lo largo de la vida, la oportunidad de mejorar en su autoconocimiento para así compensar los defectos del pasado. Difícil tarea, pero posible.

Hay una frase preciosa en la canción de WOMAN de John Lennon.

«I will try to express my inner feelings and thankfulness, for showing me the meaning of success»

(«Interaré expresar mis sentimientos internos y mi agradecimiento por mostrarme el significado del éxito»).

A veces la vida no nos ofrece a nadie cercano que nos enseñe el «significado del éxito». En ese caso, el éxito en la vida estará en aprender uno mismo a encontrarlo. La autoestima también depende del ESFUERZO, del LOGRO PERSONAL.