El pasado viernes día 6 de marzo, tuve la oportunidad de reunirme en mi Centro con un grupo de personas que se habían inscrito al Taller de Inteligencia Emocional.
Fue para mi un placer realizarlo, porque opino que a todos nos interesa, de vez en cuando, parar, reflexionar, recapacitar, sobre temas que tanto nos afectan. De este tipo de talleres salen beneficiados tanto quienes participan como quien lo prepara.
Así que desde aquí quiero agradecer a todos los asistentes su presencia, porque si no fuera por ellos yo no tendría la oportunidad de ir creciendo o intentando crecer cada día.
Algunos asistentes me han pedido un resumen de los contenidos que expliqué durante el Taller de Inteligencia Emocional que a continuación detallo.
RESUMEN DEL TALLER DE INTELIGENCIA EMOCIONAL
En primer lugar, de forma esporádica he nombrado a los precursores del concepto de Inteligencia Emocional, haciendo referencia a la teoría de Howard Gardner sobre Inteligencias múltiples, dentro de las cuales contempla como esenciales para el éxito en la vida, la Inteligencia Intra-personal y la Inteligencia Inter-personal. Se sabe que el 80% del triunfo vital está directamente relacionado con la Inteligencia emocional.
Otro personaje emblemático dentro del tema que nos ocupa es Daniel Goleman quien escribe en 1995 «Inteligencia Emocional » Goleman es un neurocientífico americano que ha dedicado gran parte de su vida profesional a contarnos la estrecha relación que existe entre emoción y cognición. A raíz de sus estudios en algunos estados americanos se inician programas educativos basados en el cuidado de lo emocional.
Estos programas están empezando a entrar en nuestros colegios.
Dice Goleman:
«La clave de la regulación emocional radica en mantener en jaque las emociones angustiosas; si son desmesuradamente intensas y se prolongan más de lo necesario, resquebrajan la propia estabilidad.»
A partir de este párrafo, he ido desarrollando lo que denomino «Enemigos de la Inteligencia Emocional»:
- Nuestro modo de pensar, la creencia que tengamos sobre nosotros mismos y los demás.
- La creencia irracional.
- Recordar del pasado solamente aquello que nos daña y anticipar un futuro marcado por los problemas.
- Analizar de forma negativa nuestra vida porque una parte de ella no esté bien.
- Ser catastrofistas, personalizar y atribuirse el origen de todos los problemas.
- No saber destacar los talentos propios y ajenos.
- No ser capaces de ser empáticos consigo mismo ni con los demás.
- Tener problemas en la asertividad y escucha activa.
- Dramatizar, convirtiendo asuntos solucionables en pequeñas tragedias cotidianas que nos generan malestar.
- No saber relativizar, ni utilizar el sentido del humor.
- Generar falsas expectativas.
- O tener un patrón de lucha interna, con mucho malestar, pensamientos reiterativos (rumiación), dificultades en afrontamiento y resolución de los conflictos.
Todos estos aspectos constituyen el origen del malestar y del estrés psicológico.
Las familias disfuncionales están gestionadas por padres y madres con perfiles emocionalmente disfuncionales que no se cuestionan el cambio o la modificación. Simplemente el hecho de intentar o plantearse el cambio ya es el inicio del mismo.
La base de la Inteligencia emocional es el autoconocimiento. Conocer qué tipo de «Enemigo emocional» llevo dentro es de vital importancia para poder resolver los conflictos.
En el taller hemos aprendido lo que es una cadena de pensamientos, para poder frenar en el momento oportuno los conflictos intra-personales e interpersonales.
«Darse cuenta de los propios sentimientos en el momento en que estos tienen lugar constituye la piedra angular de la I.E.” (Goleman)
Y en base a este postulado de Goleman, he ido describiendo cuáles son las características necesaria en los padres para que la familia crezca en un contexto emocionalmente equilibrado.
En primer lugar, tomar conciencia de las propias emociones. La autoconciencia, como ya he apuntado al principio, es el eje. Querer conocerse, querer desvelar los entresijos de la propia emoción, aprendiendo a nominarla y expresarla.
En segundo lugar, es de vital importancia para la familia que los padres aprendan a resolver los conflictos. Podemos decir que este aprendizaje, en lo teórico, es sencillo. Se trata de saber posponer la resolución del conflicto para el momento en que ninguno de los interlocutores se encuentre en una situación de secuestro emocional.
Se trata de saber admitir que todos tienen parte de razón, pero que eso mismo puede ser el origen de la sinrazón. Se trata de saber empalizar, reforzar y construir, buscando soluciones que favorezcan el crecimiento emocional de todos los implicados. Esto que, en la teoría puede resultar hasta fácil, en la práctica es complicado y merece que los padres se lo propongan como una de los objetivos necesarios de su día a día.
En tercer lugar, los padres con inteligencia emocional son, o si no deben aprender a ser, optimistas. Esta es una cualidad necesaria, aunque no suficiente, para el éxito de la familia. Padres eficaces son aquellos que tienen una creencia positiva sobre sus decisiones, sobre la forma de poner los límites, de hablar con sus hijos y de conseguir de ellos lo mejor que sean capaces de dar.
También hablé de la motivación de logro, esa habilidad que existe en los seres humanos que saben persistir en su objetivo, sin cejar en el empeño.
Importante será también observar los contrastes de las situaciones aprendiendo a contemplar la realidad familiar desde distintos ángulos, con perspectiva, con distancia, sabiendo que están inscritos en una carrera de fondo, en donde la meta está clara, pero es incierto el camino que se va a recorrer.
Saber y si no aprender a saborear los momentos de armonía, centrándose en ese presente absoluto en el que lo pasado y lo futuro no existen. Para trabajar este aspecto he propuesto el aprendizaje de Mindfulness como técnica importante para fomentar la atención en el momento presente.
Mindfulness o Atención plena nos lleva a modificar nuestro perfil de pensamiento. Lo importante, en esencia, es aprender a disfrutar de cada instante.
La familia es el lugar en donde podemos experimentar los momentos más felices y más amargos de la vida. Va a depender, en parte, del esfuerzo que hagan todos los miembros, el resultado final, pero evidentemente quienes manejan la noria, quienes ponen las reglas del juego, quienes reparten las cartas y atribuyen los roles, son los padres.
Por lo tanto, de su equilibrio personal, o de su interés por conseguirlo, depende el éxito de la familia y depende, en consecuencia, que estemos o no ante una familia emocionalmente inteligente.