Quiero compartir con todas las personas que leeís este blog una carta que la madre de uno de mis pacientes le ha escrito a su hijo.

Nos cuenta su trayectoria a lo largo de estos años de lucha, sus luces y sus sombras, sus dudas, desasosiegos y momentos de dolor. Pero también su esperanza, su ilusión y su confianza. El futuro es incierto, pero yo siempre les digo a todos los padres que «todo aquello que se hace con un objetivo, todo aquello en lo que se persiste, en lo que se insiste, al final, se termina recogiendo».

No se trata de llegar a una meta concreta, se trata de alcanzar pequeños logros cada día. 

Esta carta está escrita desde lo más profundo del corazón, desde el amor, desde la desesperación, desde la ignorancia, desde la frustración, desde la ilusión, desde la esperanza,…

Soy una madre de un niño diagnosticado con TDAH.

Quiero compartir mi experiencia con todas aquellas personas que tengan hijos con el mismo trastorno que mi hijo y que al igual que yo han tenido que reeducarse para educar.

Cuando nació Alex fue la alegría de mi vida, el niño esperado después de dos abortos y con la posibilidad de no poder tener hijos.

Desde que tenía dos o tres añitos empezó a ser muy impulsivo, muy movido, pero para nosotros era un niño normal, tampoco teníamos referencias para poder comparar. Todos los problemas empezaron cuando Alex comenzó el colegio. Todos los padres pensamos que nuestros niños son los más listos (y más cuando solo tienes un hijo) y que van a ser súper inteligentes. Nuestra primera decepción fue cuando en la primera tutoría la profesora nos dice que le cuesta mucho atender en clase y que tiene que practicar mucho en casa la escritura y la lectura porque le cuesta mucho y va con retraso respecto a la clase, nos llegó a decir que es de los peores de la clase. No me lo podía creer, ¿mi hijo con retraso? ¿Qué estábamos haciendo mal?…

Empezamos todas las tardes a practicar en casa, a hacer deberes, a leer las letras… me parecía una auténtica locura, ¡pero si sólo tiene cuatro años! ¿Qué vamos a dejar para primaria, para el instituto, para la universidad? ¿Qué pasa con la infancia de mi hijo? ¿No es suficiente con las ocho horas del colegio? ¿Qué estamos haciendo con los niños?

Intento hablar con la profesora para transmitir mi desacuerdo con el método, para ver otras opciones, para que me diga que no pasa nada, que el niño es muy pequeño y que ya tendrá tiempo de aprender las letras… pero es absurdo, no escucho esas palabras ni en ella, ni en el resto de profesores que con los años han pasado por la vida de mi hijo y no han sabido tratar su trastorno adecuadamente. Unos porque no sabían ni que lo tenía y otros porque aun sabiéndolo no lo saben entender.

Pero los problemas no solo están en el colegio, con la familia las cosas no son nada fáciles. Alex es muy impulsivo y activo. Lo que supone que en las reuniones familiares el nivel de excitación sube a unos niveles insospechados. Con los primos la relación no es muy buena y con los tíos y abuelos… el estrés que supone Alex en estas situaciones es difícil de llevar.

Nadie entiende que el niño es así, que no lo hace con mala intención, todos opinan como tenemos que educar mejor al niño, porque claro los padres somos los culpables de que Alex sea así, “caña al mono…”, “más mano dura…” “ha empezado él…” “no permitas eso…”, “le está bien merecido…”, “este niño no para…” y Alex no entiende por qué otros niños le tratan así, por qué no quieren que se quede a dormir en casa, por qué no le invitan a cumpleaños, por qué en el colegio juega solo en el patio, por qué le llaman tonto otros niños, por qué se cae cuando corre, por qué le cuesta tanto leer en alto en clase, por qué no puede frenar a tiempo cuando va a chocar con algún otro niño en el patio, por qué todo cuesta tanto esfuerzo…

Me encantaría poder cambiarme por él, darle toda mi energía, mis habilidades, mi fuerza de voluntad, mi concentración en las tareas, mi letra, mi, mi, mi… poder enfrentarme yo a esos niños que se ríen de él en clase, poder leer yo en alto en clase, poder hacer el grupo de amigos en el patio, poder correr rápido sin tropezar, quiero ayudarle y no sé cómo, quiero protegerle y no puedo, se me escapan de las manos esos momentos que son de él y que sólo él puede afrontar.

Pasan los años y Alex tiene dos hermanos más, nos mudamos de casa y cambia de colegio, todo va viento en popa. Empezamos primaria en un nuevo colegio. Los problemas de escritura y lectura siguen igual, su comportamiento en clase es muy bueno, tanto que pasa totalmente desapercibido en la clase. Le sientan al final de la clase y se pasa el primer curso de primaria sin ton ni son…
En el segundo curso decidimos llevarle a un psicólogo para que evalúen al niño, y es diagnosticado, tiene TDAH.

Por fin sabemos lo que tiene. Al principio es un golpe en toda regla. Ufff ¿qué es TDAH? La psicóloga nos habla y habla para intentar explicarnos qué es eso y por qué el niño actúa de esa manera en determinados momentos. Yo, sinceramente, no soy capaz de entenderlo, pasan varios años y leo mucho sobre el TDAH, hasta que puedo llegar a entender qué es lo que pasa en su cabeza.
Asumir que a tu hijo le pasa eso, al principio es difícil, incluso he llegado a pensar en muchas ocasiones que el diagnóstico no es correcto y le he llevado a distintos médicos para asegurarme que es así… y todos coinciden. Te crea muchas dudas las cosas que lees sobre la medicación, las farmacéuticas, la moda del TDAH,…

Mi hijo es genial, divertido, listo, bueno,… quiero animar a todas las madres con niños con TDAH a que no permitan que nadie les diga lo que tienen que hacer para educarlos, porque mejor que nosotras nadie les va a entender, que ningún profesor les diga que su hijo es el peor de la clase, eso es mentira, ningún niño es mejor o peor, todos son distintos y cada uno tiene una habilidad.
Que luchen por sus hijos, que se puede salir con la cabeza muy alta de muchas situaciones comprometidas y con una sonrisa en la boca cuando se recuerdan todas aquellas anécdotas con él… son niños especiales, sensibles y que necesitan que se les quiera y comprenda más que a los demás.

Alex esto es para ti, te lo dedico:
“Aunque tú no lo sepas, me he inventado tu nombre…”
Aunque tú no lo sepas, eres mi bebé
Aunque tú no lo sepas, cambiaste mi vida
Aunque tú no lo sepas, me enterneces
Aunque tú no lo sepas, cuando pienso en ti me emociono
Aunque tú no lo sepas, siempre te cuidaré
Aunque tú no lo sepas, todos mis esfuerzos son para ti
Aunque tú no lo sepas, lucharemos juntos
Aunque tú no lo sepas, siempre estaré a tu lado
Aunque tú no lo sepas, seré tu hombro
Aunque tú no lo sepas, conseguiré entenderte
Aunque tú no lo sepas…“Te quiero más que a mi vida, más que al aire que respiro”

Alex, mi vida, cuando naciste creaste nuestra familia. Con esos ojos azules que hipnotizaban y tu constante sonrisa.

Fuiste nuestro “conejillo de indias”, éramos novatos con los bebés. Diste a nuestra casa un hogar. Te amamos con locura y nos enseñaste la lección de compartir cuando vinieron al mundo tus hermanos y lo diste todo por ellos.

Eres muy especial, tienes un “don” para la música, y una sensibilidad especial.

Disfrutas de la vida y siempre consigues sorprenderme… tu sonrisa es preciosa y me encanta cuando me das besos, sigue tan cariñoso.

Te quiero

– Mamá